Natacha, una película con enfoque Da Vinci
El próximo 17 de mayo llegará a las salas Natacha, la película, obra basada en las libros de Luis Pescetti que cuenta con la participación de docentes y alumnos de Da Vinci.
Fernanda Ribeiz, profesora en la carrera de Cine de Animación, realizó el guion de la obra y también la dirige; el docente Fernando Primavera se encargó de las secuencias animadas; y Miguel Massenio, coordinador de Cine de Animación, se ocupó de organizar la posproducción. Además, el profesor Nicolás Batlle y la estudiante Florencia Berranúz fueron productor y asistente de animación, respectivamente.
La directora repasó las características del proyecto y el trabajo en conjunto para traer a la realidad el mundo infantil y cómico de las famosas novelas.
Da Vinci - ¿Cómo llegaste a la película?
Fernanda Ribeiz - Conozco la obra de Pescetti desde hace 15 años, cuando era maestra de primer grado. Allí veía cómo se reían los chicos con Natacha. Siempre admiré esa situación, así como los textos. Luego, pude conocer al autor y le propuse llevar el personaje al cine. La adaptación fue idea mía. Creo que el cine nacional se merecía tener una película sobre un personaje tan popular para los chicos.
DV - ¿Cómo fue el proceso?
FR - Primero conversamos con Luis sobre el universo del personaje. Compartimos visiones y encontramos puntos en común. Los chicos resuelven problemas de chicos, aunque hay adultos. Se dio cuenta de que veíamos lo mismo que él, y que queríamos hacer una adaptación que mantuviera el espíritu de la obra. Hice una escaleta y, después, el guion. Aprobó ambos. La película es para toda la familia, dirigida a un público de 5 a 11 años.
DV - ¿Estuvo presente durante la filmación?
FR - Sí, trabajar con él fue muy interesante y un gran aprendizaje en lo personal. Además, compuso temas para personajes y situaciones. El cine debe ser colaborativo para que una película brille lo más posible.
DV - ¿Qué enfoque aplicaron tanto en lo narrativo como en lo estético?
FR - Siempre tengo en claro que el inicio de una película debe anticipar algo de lo que va a suceder. Teníamos un comienzo con muchos créditos, así que quisimos potenciar eso con una secuencia animada a cargo de Fernando Primavera junto a pasantes de la Escuela, todo coordinado por Miguel Massenio en la postproducción. La presentación quedó divina, crayonada. Ya la verán…
Además, el primer diálogo de Natacha con su madre es muy famoso, por lo que creímos que la película debía empezar así, igual que el libro.
DV - ¿Qué fue lo más complejo de resolver?, ¿el diseño del personaje o la propia premisa de la trama?
FR - Lo más complejo también fue lo más espontáneo y maravilloso. El rodaje con los chicos duró cinco o seis horas por jornada. Teníamos un plan y estética acorde a los tiempos pero, cuando la cámara se encendía, los chicos interactuaban entre ellos con una energía que resultaba fascinante.
También hubo un triple desafío, cuando se juntaban Natacha y su perro, Rafles, con su amiga, Paty. Pero había un adiestrador, que logró que Rafles hiciera lo que decía el guion, desde comerse una milanesa hasta mirar con ternura.
DV - En este marco, ¿facilitó las cosas estar junto a otros artistas de Da Vinci?
FR - Trabajar con ellos permitió que la película cobrara otro vuelo a partir de la animación.
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