Da Vinci y su aventura multimedial

Por Emilio Gola

Al final de todo, Leonardo Da Vinci fue una de las figuras que inició el camino de lo multimedial: sin omitir distintos efectos pioneros de las instalaciones (que a los habitantes de la época les parecía magia pura) el renacentista supo cómo trasladar su imaginación a los distintos espacios del arte... y combinarlos.

No solo hay propuestas multimediales sobre Da Vinci como las que realizaron museos de todo el mundo antes y durante el mes de conmemoración de los 500 años de su muerte: sus capacidades permiten comprender fenómenos actuales como los memes o los múltiples empleos que incluye la industria del videojuego. Asimismo, representa una de las más fantásticas uniones entre arte y ciencia.

Por ejemplo, el reciente lanzamiento del libro Todo lo que necesitás saber sobre Leonardo Da Vinci en el siglo XXI (Héctor Pavón y Mercedes Ezquiaga) arroja luz sobre la posibilidad de inventar o estudiar cosas a pesar de la falta de formación en áreas básicas como las matemáticas. En la actualidad, estos conocimientos siguen siendo fundamentales, pero la multimedia otorga el permiso de fabricar mundos mediante la intuición y la creatividad a partir de herramientas determinadas.

Además, al ser interdisciplinaria al igual que el famoso italiano, la multimedia también permite trabajar en una de sus aristas y dejar el resto para otros integrantes del equipo de trabajo. Así, las imperfecciones pueden desaparecer poco a poco, más teniendo en cuenta que la prueba y el error es muy relevante en este campo.

"Da Vinci fue el autodidacta multidisciplinario más importante de la humanidad. La multimedia no está lejos de eso, y ahora tenemos la ventaja de la formación académica", afirma Diego Viegas, docente en la carrera de Diseño Multimedial de Escuela Da Vinci, coordinador del Curso de Formación Profesional de Modelado 3D y Render y docente en el Curso de Formación de Escultura Digital con ZBrush.

Viegas explica que, como todas las herramientas del campo se actualizan de forma constante -o desaparecen para que surjann nuevas-, "hay que ser un buen autodidacta". "Muchas de las cosas que termina resolviendo un diseñador multimedial en el ámbito profesional son cosas que no existen. Ahí está su éxito: hacer cosas que no hizo nunca nadie", señala. Y completa: "Esto es lo que hacía Leonardo: no sólo aprendía sobre cosas que existían, sino que también inventaba las propias".

El docente indica que estos procesos se pueden entender como un workflow (flujo de trabajo) "que realmente no existe" entre distintas aplicaciones y formatos, así como en el desarrollo de apps para resolver un problema audiovisual.

Una curiosidad más sobre Da Vinci y lo multimedial se aborda en un artículo del crítico de arte Jonathan Jones para el diario británico The Guardian: "En un pasaje de sus anotaciones, argumenta que la pintura es superior a la escritura, porque una pintura potente o bella puede ser entendida de inmediato, mientras que hay que escuchar un poema por años antes de juzgarlo". De este modo, el texto asegura que "la visión de Leonardo es totalmente compatible con nuestra cultura de imágenes instantáneas y seductoras".

Entonces, no solo vienen a la mente los memes, sino también videos profesionales e imágenes y experiencias que cautivan los sentidos rápidamente, tanto desde la técnica como desde la narrativa. Más aún: aparece la contraparte de los 12 segundos de atención de la generación millennial y los ocho de la centennial, tiempos que encajan sin problemas en el modelo que Leonardo, el innovador de la multidisciplina, recorre con su arte.

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