Game Jam: 48 horas de adrenalina gamer
"Voy y traigo todo en el auto", "¿cuál es tu nombre?", "acá tendríamos que seguir con esto", fueron solo algunas de las frases que resonaron en la tecera Game Jam de Da Vinci, esta vez con un formato presencial que repartió equipos entre auditorio y aulas, y que convocó a casi 80 personas durante el viernes 7, sábado 8 y domingo 9 de septiembre.
70% de los participantes vivieron este tipo de evento por primera vez. Varios se conocieron allí mismo y organizaron un equipo de inmediato; otros, tanto de Da Vinci como de otras universidades y escuelas, llegaron con un team formado. Notebooks, snacks, bebidas, bolsas de dormir, decoraciones y hasta sintetizadores ocuparon los pupitres del auditorio de cara a una batalla de desarrollo en la que vigilia y sueño jugaron su papel.
Las acciones comenzaron a partir de una frase del mismísimo Leonardo Da Vinci: "Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo". La sorpresa dio paso a las discusiones sobre cómo encarar tal idea para construir un videojuego... y también a las risas.
"Esperábamos algo más concreto, pero igual nos permite disparar para cualquier lado", expresaron desde uno de los grupos próximos al escenario, donde se proyectaba la frase del artista del Renacimiento. Sus integrantes fueron Nicolás Aguerre (programación), Carla Costa (interfaz y personajes) y Nicolás Capdevielle (diseño de personajes secundarios y escenario), egresados de la carrera de Diseño Multimedial de Da Vinci, junto a Yamila Orlando (dibujo y ambientación), proveniente de la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información de la Universidad Tecnológica Nacional.
Con experiencia previa obtenida en una maratón de desarrollo durante 2016, su idea viró de un juego de terror o otro de obstáculos. Mientras tanto, el resto de las mesas aplicaban Unity, Flash, Godot y más motores a la recreación de sus propuestas, incluyendo aventuras, multiplayers y simuladores con estéticas top-down, FPS o de scroll. Se multiplicaron las anotaciones a mano y en las computadoras.
Otro equipo con trayectoria fue Milk, conformado por Diego Somoza, Nahuel Silberstein, Michael Szerman y Rafael Sacerdoti, todos alumnos del último año de la Escuela ORT de Belgrano. “Es un gran desafío, pero podremos tener un juego medianamente bien hecho para el domingo. Si bien modificamos nuestra idea, mantuvimos la general en base a una aventura FPS donde se debe notar el contraste entre el progreso y la derrota”, afirmaron. Para lograr su cometido, eligieron el motor Unity y el software 3ds Max.
Sábado y domingo se tradujeron en los momentos de mayor desarrollo y aceleración. Las bromas dieron paso al nerviosismo y hasta equipos que no contaban con todos sus integrantes. Sin embargo, hubo conjuntos con las cosas claras desde el principio, como el conformado por Emiliano Chomnález (programación), Yael Nicolás (Game Design) y Alfredo Yuen (gráfica), alumnos y docente de la carrera de Diseño y Programación de Videojuegos de Da Vinci, respectivamente. "Nuestro personaje principal es Da Vinci, así que combina con la frase. El juego es un survival y está basado en Unity. Entre todos llegamos a una solución rápida", explicaron.
Yuen elogió la posibilidad de "coordinar y consensuar" que da la Game Jam, algo que puso en práctica junto a estudiantes del 4º y 5º cuatrimestre de la carrera. Otros docentes, como Hugo Miraballes y Galo Fernández, también aportaron a esta comunión entre maestros y discípulos. Y no faltaron profesores que recorrían el lugar aconsejando sobre el mejor rumbo posible para sus creaciones.
Pero la competencia debía concluir. Lo hizo con sorteos y tres ganadores que, del primer al tercer puesto, recibieron $10000, $5000 y un Curso de Game Design con un combo de Redragon (otros de sus productos fueron sorteados). Tras la deliberación del jurado de expertos del campo gamer, el máximo galardón fue para #Traveller (Tomás González y Kevin Rutolo), el segundo correspondió a SimArg (Nicolás Esteban, Galo Fernández, Fernando Rodríguez y Gabriel Sviderskas, todos alumnos del 6º cuatrimestre de Diseño y Programación de Videojuegos) y el tercero se lo anotó Siga a la Pata (Nicolás Aguerre, Carla Acosta, Nicolás Capdevielle y Yamila Orlando).
Cada triunfador exhibió una forma completamente distinta de encarar la consigna, tanto en género como en mecánicas y estética. Además, entre los desarrolladores se encontraron alumnos de las carreras de Diseño Multimedial (5,8%) y Cine de Animación y Posproducción (5,8%), mientras que un 34,8% declaró no ser alumno de Da Vinci. Casi el 50% provino de la carrera de Diseño y Programación de Videojuegos y, dentro de los roles, un 39,1% correspondió a programadores y artistas, junto al 18,8% de game designers y 2,9% de sonidistas.
No obstante, hubo una ligera trampa que otorgó más mérito a todos sus asistentes: como lo indicaron las placas que introdujeron el evento, debido a un inicio nocturno y a los descansos la Game Jam tuvo un tiempo neto de ¡30 horas! "Esto ayuda a ganar experiencia, a aprender y hacer networking. Son eventos que siguen creciendo. Y si las ideas están buenas, pueden ser disparadoras para seguir adelante", concluyó Julián Castro, organizador de las jornadas y docente de la carrera de Videojuegos en Da Vinci.
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